miércoles, 1 de febrero de 2012

AL FINAL DEL ESPEJO

Llevo tiempo llorando a una musa muerta. 
Apareces tú y mi voz titubea. 
Nunca sé qué decir, tan solo te miro y trato de esconder mi nerviosismo. 

Reescribo mis fantasías y me veo reptando por tus piernas. 
Es tu pelo, es tu mirada... Es tu sonrisa. Eres tú. Eso lo sabes...y eso lo ignoras. 

Hay demasiado silencio.
Gritos convertidos en susurros.
Sueños convertidos en soledad. 
Melancolía por lo que sin ser, podría llegar a ser. 

Miras en el espejo y no te encuentras. 
Sin querer asumirlo te sientes sola. 
Tus sueños están ya muy lejos... 
Miras en ese espejo y en la borrosa figura que aparece quieres encontrar de nuevo la magia.

Sólo que no lo sabes. Lo haces sin darte cuenta. 
Es lo que eres: una hermosa niña muerta de miedo que ya no se atreve a soñar.
Del otro lado del espejo estoy yo. Sólo yo. Intentando mostrar lo que soy.
¿Y qué soy? Tan solo soledad humana sin necesidad de fingir. 

 Falto de inspiración, balbuceo tu nombre. 
Necesito que seas mi musa. Intento confundir tus sueños. 
Emborrachar tus palabras para que, entre tanta confusión, descubras que me quieres... Que te quiero.

Lo hago a través de tus ojos para llegar hasta allì,
donde ni siquiera sabes lo que estás construyendo. 
Allí, eterno te espero... al final de tu imaginación. 

Sin nada que perder. Soy tus deseos y también soy tus miedos. 
Yo soy, al tiempo, lo mejor y lo peor que te puede pasar...